«No estás sola», unas sencillas, pero mágicas palabras, que pueden ser de mucha ayuda para cualquiera.
Desde que comencé a compartir mi proceso, mucha gente se ha animado a contarme un poco de su historia, algunas incluso me comentan que es muy parecida o igual a la mía. Varios de esos mensajes, tienen una frase en común que ha llamado mucho mi atención: «descubrí que no soy la única».
Debo confesar que esa frase ha sido un gran impulso para seguir escribiendo, porque me ha enseñado que al saber que alguien más está pasando por algo similar, nos da una sensación de alivio, como si de repente alguien te extendiera una mano y el camino se hiciera menos pesado.
Aprender del proceso de los demás es algo que nos puede llenar de inspiración y darnos un punto de vista diferente, en ocasiones, uno que ni siquiera habíamos contemplado.
Es por eso que creo tan importante que nos animemos a compartir nuestras historias, para seguir aprendiendo, seguir creciendo, seguir avanzando y para seguir dándonos la mano unos a otros, haciéndonos saber que no estamos solos.