Esta semana, mientras estaba de viaje, noté que me costaba trabajo dormir y por muy cansada que estuviera por las largas caminatas, mi mente recreaba escenas del día como si fueran una película; imágenes de lo que había conocido, comido, las fotos, los mapas, los planes para el día siguiente y de repente se colaba una que otra escena no tan grata.
¿Te diste cuenta como te miró esa chica mientras te tomabas la foto?, ¿escuchaste el comentario que hicieron esos chicos cuando te vieron?, ¿viste a todas esas chicas delgadas?, ¡tú nunca vas a ser así!
Era como si de repente mi película se convirtiera en una historia de terror y por más que intentara detenerla, se repetía una y otra vez, intensificando cada vez más el miedo.
Me di cuenta que aunque durante el día he logrado reconocer y callar esos pensamientos negativos, aún viven en mí y parecieran que esperan el momento que bajo la guardia para atacarme, en este caso cuando estaba a punto de dormir.
Y sé que esta es la parte donde digo qué he aprendido o qué he decidido hacer para dejar de sentirme así, pero la realidad es que en esta ocasión no tengo ni idea y creo que también es válido. Estoy segura que algún día encontraré la manera de desaparecer por completo esos pensamientos a toda hora porque no los necesito y en realidad me gustaría poder caer dormida como un bebé.
Hola me gustan mucho tus posts han sido de mucha ayuda para mi pues he luchado por muchos años con mi baja autoestima por ser gordita pero cuando tengo el espacio veo tus publicaciones y me ayudan y motivan a amarme como soy ♡