Semana 46

julio 1, 2019
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Últimamente me he dado cuenta que la gente le tiene miedo a la palabra gorda, como si se tratara una palabra mala, sucia y despectiva

Si en alguna conversación sale a relucir el tema de los cuerpos o los pesos y yo hago algún comentario alusivo a mi obesidad y, sobre todo, si menciono la palabra gorda, no falta quien enseguida completa la oración “gorda, pero bonita”, como si una cosa excluyera a la otra. 

Y es por eso que creo que ya es momento de sacudirle todos esos significados agregados que se le han colgado a la palabra. 

Por definición gorda, en cuanto a persona se refiere, significa que tiene mucha grasa o carne, especialmente cuando su peso es excesivo con relación a su estatura.

Gorda es una característica física y nada más, así como alta, chaparra, blanca, morena, delgada, castaña, rubia. Estar gorda no es sinónimo de fea, acomplejada, torpe, floja, desarreglada, sin pareja, menos sensual, menos mujer.

¡Gorda no es sinónimo de ninguna!

Tenemos que aprender a dejar de usarla como un insulto y también perderle el miedo a decirla, comenzar a emplearla como lo que es, un rasgo físico, que a diferencia de otros, en muchas ocasiones, podemos transformar.

Gorda, duele menos que alguien la diga si la digo yo primero; gorda, sin miedo a ser ofendida; gorda, solamente me estoy reconociendo; gorda, mientras más uso la palabra, más fuerza cobra dentro de mí.

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