Semana 69

Alguna vez leí que si tus redes sociales están llenas de gente que piensa, actúa y luce igual a ti, entonces no estás aprendiendo nada nuevo.

Desde ese momento, me propuse descubrir cuentas con diferentes mensajes y enfoques que me hagan pensar y, sobre todo, aprender que hay muchas maneras de ver las cosas, no solo la mía.

Así que cuando descubro una cuenta, la sigo por varias semanas para saber de qué trata su contenido y si en realidad aporta algo bueno a mis días. Por lo que mi Instagram es un mix de cosas que me hacen reflexionar, reír, aprender, cantar, bailar, admirar, soñar y querer participar. Por supuesto dentro de esas cuentas, no pueden faltar mis favoritas, las body positive. 

Algo curioso, es que conforme iba siguiendo más y más personas que hablan de body positive, mi feed comenzaba a parecerse a un catálogo de lencería. Y no voy a negarlo, al inicio me causó conflicto. No pretendo darme baños de pureza, simplemente no lograba entender el motivo de publicar tanto de lo mismo. Pero, después de algún tiempo dándole vueltas al asunto, entendí la razón.

Todas estas personas están dándose cuenta que su cuerpo es valioso y, foto a foto, no solo están confirmándolo, sino que también están dejándome saber que el mío, también lo es.

Los y las valientes, están abriendo puertas, no solo para ellos, sino para todos los que venimos detrás con cuerpos diversos, de todos tamaños, colores, texturas y formas. 

Pensarlo de esta manera ha cambiado mi perspectiva por completo. Ahora cada que veo a alguien mostrándose, soy capaz de mirar más allá de su piel y reconocer todo el camino recorrido, sus luchas, sus aprendizajes, sus logros, sus vulnerabilidades y sus fortalezas.

Ahora agradezco y aplaudo por cada puerta abierta, puertas donde cabemos todos.